El peor consejo: Déjalo todo y viaja.

Debemos de dejar de alentar a la gente a que deje su trabajo para viajar por el mundo.

Andrés Agui-Ram
8 min readJan 31, 2021

Aclarando el panorama: soy un viajero. Y detrás de cada viaje hay sueños, amigos, proyectos, negocios y oportunidades que he tenido que dejar pasar. Inclusive, en más de una ocasión he tenido que replantear mi futuro a causa de un viaje. Que ya te digo, no me arrepiento de nada. Cada mañana despierto agradecido por todo lo que tengo, que no es mucho, pero es invaluable. Todo lo que soy y todo lo que tengo son mis historias de viaje. Sin embargo, jamás le aconsejaría a alguien que lo deje todo para viajar por el mundo.

¿Por qué? Porque no es nada sencillo. No todos tienen las mismas oportunidades.

Seguro que en alguna pagina “viajera” has leído la frase <<No viajamos para escapar de la vida, viajamos para que la vida no se nos escape>>, pornografía aspiracional, que tiene el doble propósito de tentar al espectador con una vida que no puede tener, al tiempo que lo hace sentir como una especie de fracaso por no poder tenerla.

Vamos, que Instagram esta lleno de fotos exuberantes y frases superficialmente inspiradoras sobre dejar todo y huir, o dejar ese trabajo que odias para comenzar una nueva vida en algún lugar nuevo, o empaparte de la belleza del mundo mientras eres joven y tienes la suficiente energía como para hacerlo. Cómo si todo mundo tuviera las mismas cartas para jugar: Tiempo, Dinero, Libertad, Accesibilidad e Irresponsabilidad — si, irresponsabilidad — .

Jugadores de Cartas, 1505. Caravaggio. Pintura de estilo Barroco localizada en el Museo de Arte Kimbell.

Mira, no entraré en ningún debate sobre sí viajar es un privilegio o no. Lo que si te digo es que aquella persona que tenga el tiempo para viajar, el dinero para viajar y la libertad para hacerlo por un periodo prolongado, sin duda debe considerarse a si mismo como privilegiado… Y sí, si es verdad que no se necesita ser rico para viajar, pues hay muchísimas formas de viajar barato y bien. Además, El Viajero, tarde o temprano encontrará la manera de financiar el viaje; eso dentro de la comunidad esta bastante claro. Sin embargo, cuando se trata de alentar a una persona a “dejarlo todo para salir a explorar el mundo”, hay sobre la mesa muchas más situaciones que considerar que solo el dinero necesario para solventar el viaje. Inclusive, dar ese consejo o alguna de sus variantes como “no preocuparse por el dinero” y “deja tu trabajo y sigue tus sueños” demuestra sólo un profundo malentendido sobre lo que realmente significa “preocuparse”.

Y hay que decirlo : Preocupaciones, las hay de todo tipo.

Tenemos que dejar esta idea de todo mundo debe renunciar a lo conocido para salir y viajar, como si esto fuera una especie de imperativo moral. Chico, ya te digo, tambien es valido que la gente se preocupe por sentar los cimientos de su futuro. Vete tu a saber quién estará más loco.

Sí, “dejarlo todo y viajar” cambio mi vida, pero estoy consciente que La Vida me puso en una posición muy cómoda que me permitió hacerlo. Y en el camino aprendí que no todo mundo tiene el privilegio — ni las condiciones — para tomar esa decisión. Déjame te lo cuento.

El MAL CONSEJO: No conviertas el dinero en tu prioridad y viaja.

A ver, se entiende que cuando El Viajero — o cualquier persona en general — da el consejo de “no preocuparse por el dinero”, lo que en realidad quiere decir es “no lo conviertas en una prioridad o no le des demasiado peso en tu vida”. Y en sí no tiene nada de malo.

Lo que preocupante es cuando este consejo se da porque en en algún nivel, El Viajero “Wanderlust”, imagina que la persona cualesquiera está eligiendo unos cuantos billetes en lugar de una experiencia «reveladora » e « imprescindible ». Sin pensar que la gran mayoría de la población no tiene más remedio que hacer del dinero su prioridad, porque si no lo gana o lo decide gastar en un viaje al sudeste asiático para encontrarse a si mismo, fácilmente podría estar, al día siguiente, pasando hambre o en la calle.

Y no estoy exagerando. Vamos con el relato de viaje:

En una ocasión me encontraba bajando el cerro de las Noas, en Torreon MX. Este cerro se encuentra rodeado por algunas colonias obreras en las cuales, según cuentan, hay que caminar con cuidado.
En el recorrido, me acerque a pedir indicaciones a dos personas de la colonia que parecían haber finalizado su jornada laboral. Me preguntaron qué hacía yo caminando por esa zona y sí había llegado a pedir trabajo o solo estaba de paso.

En un pobre intento por simpatizar con ellos, respondí que estaba de paso, que me había quedado sin empleo hace unos 5 meses y comencé a viajar en lo que se normalizaban las cosas.

Goey, ¿En qué estaba pensando?

Querer dar a entender que estar desempleado por tanto tiempo y todavía darse el lujo de viajar es de alguna manera una opción disponible, no solo para la clase obrera sino tambien para la mayor parte de la población mexicana, fue en ese momento, y seguirá siendo, tan ingenuo como degradante. ¿Sabes lo que me respondieron?

‘Entonces tienes mucho dinero, ¿no? Sí hoy nosotros perdiéramos nuestro trabajo, nuestra familia no comería ya mañana. Podrás viajar ligero pero nunca sin dinero, ¿verdad?

Los Ermitaños San Pablo y San Antonio. Pintura realizada por el mexicano Baltasar de Echave Ibía.

El MAL CONSEJO : Deja tu trabajo y viaja.

Si eres seguidor de algún blog de viajes, seguro la siguiente frase te resultará familiar:

“En el 2006, renuncie a mi trabajo para poder dedicarme a mi mayor pasión: viajar por todo el mundo”

De nuevo, no tiene nada de malo encontrar motivación detrás de esas historias para salir y perseguir tus sueños. Lo preocupante es que, gracias a las redes sociales como Instagram, la idea de dejar un trabajo porque pareciera que éste te esta “robando” la vida y salir a viajar esta tomando fuerza en jóvenes que ni siquiera tienen consideración por los cimientos de su futura seguridad financiera. Inclusive, pareciere que estan tomando este consejo como si asegurasen que no vivirán los suficiente como para preocuparse por su futuro.

El día que dejas tu trabajo para viajar por el mundo tambien empieza una carrera contra reloj: un día más es un día menos. ¿Cómo te vas a sustentar y cuanto tardarás en volver a generar ingresos?

Mira, Joan Torres del blog viajero againstthecompass.com, cuenta que trabajó en una corporativa multinacional en Dubái. Después de dos años y medio dejo su trabajo para viajar por el mundo. O sea, chico, Dubái ¿te das cuenta de lo que estoy contando? Este tío ahorro unos meses y ya tenía calculado que podría estar sin trabajo casi dos años.

Es que no se me olvida: Podrás viajar ligero pero nunca sin dinero.

Te diré que yo antes de viajar por Europa había ahorrado durante dos años y me estuve 8 meses. También te digo que en otra ocasión, antes de dejar mi trabajo y ponerme a viajar por México, tenía calculado que podría estar viajando por al menos 5 meses antes de caer en mi red de seguridad financiera. Que comodidad, ¿no?

Venga, que sí es posible viajar y hacer dinero en el camino. Pero lo que te quiero decir aquí es que abandonar la vida corporativa y salir a viajar no es tan sencillo como parece. Tienes que saber desde ya que para empezar, necesitas dinero. Y una vez teniendo ahorros (sean muchos o pocos) antes de tomar tal decisión, debes tener bien claras tus intenciones, tus objetivos, los viajes, y lo más importante: las consecuencias.

La fragua de Vulcano (1630). Obra realizada por el pintor español Diego Velázquez. Museo del Prado, Madrid (España)

Joan Torres, después de dejar su trabajo en Dubái, escribió una serie de consideraciones y pasos a tener en cuenta antes de tomar tal decisión. Si quieres leer más sobre el tema da click aquí, que yo ya deje claro mi punto.

El Consejo: Sal y viaja, pero se consciente del futuro que quieres construir.

Yo pude viajar mucho — espero seguir haciéndolo — y aunque he pagado cada uno de mis viajes con mi propio esfuerzo y trabajo, soy consiente que todo ha sido el resultado de una gran cantidad de privilegios:

Provengo de una familia de clase media a la que no he necesitado mantener o ayudar económicamente, sabía que siempre podría volver a casa si las cosas no salían como lo esperaba, y tenía un trabajo que me permitió ahorrar en gran medida antes de partir. Hay millones de personas que no tienen ninguna de estas cosas, e incluso si quisieran viajar, simplemente no podrían hacerlo debido a las cuentas por pagar o las responsabilidades que tienen con sus familias.

No te aconsejaré que lo dejes todo por salir a conocer el mundo. Cada uno tiene el suyo.

En una ocasión, un amigo que no veía desde hace tiempo me encontró en la calle, me paro y me dijo: “Andrés, que gusto encontrarte te sigo en tus aventuras, he tenido tantas ganas de irme a viajar contigo. Quisiera poder irme tres meses a algún lugar desconocido”. Amigo — le contesté — yo lo único que tengo son historias. Tú tienes tu hogar y ya felizmente estas con tu esposa. Un viaje puede cambiarte la vida, ya en una ocasión me tuve que despedir de la que hubiera querido que fuese mi esposa. Sal y viaja, pero se consciente que un viaje así te cambia la vida. Viaja, pero se consciente del futuro que quieres construir.

¿Qué quieres que te diga?

Algunas personas simplemente cargan con más responsabilidades y compromisos. Dejemos de alentar a las personas a dejarlo todo. Alguien ahí afuera necesita permanecer en un trabajo que quizás no ama porque tiene una familia que cuidar, una universidad que pagar o una independencia financiera básica que lograr. Y eso no significa que no tenga el mismo deseo de conocer, ya ni digo el mundo, su propio país, como alguien que viaja. Simplemente no tienen las mismas opciones y están conociendo el mundo a su manera, y en el contexto de la vida que tienen.

Créeme que viajaran, quizá dos, tres o cuatro viajes pequeños por año y lo disfrutarán igual o más que los autodenominados Viajeros.

El Triunfo de Baco . (Museo del Prado, 1628–29) Obra por Diego Velázquez, tambien llamada Los Borrachos (Museo del Prado, 1628–29)

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Andrés Agui-Ram

Me dicen el extranjero. Harto de no ser blogger. De niño quería ser revolucionario. Escribo por las noches para poder dormir de día.